Como un rayo de luz llegaste a mí cuando más lo necesitaba, tu siempre habías estado hay, pero yo no supe de tu existencia hasta que no te decidiste a hablar. Sin saber cómo ni porqué empezamos a hablar y hablar...me apoyaste y ayudaste en cada minuto, gracias a ti comprendí que muchas cosas sin sentido no merecían mi atención, aprendí a ser feliz por mi misma sin necesidad de nada ni nadie, aprendí tantas cosas gracias a ti...
Y es que te debo tanto...tanto, que jamás en esta vida ni en mil más podría compensarte todo lo que has hecho por mi hasta ahora, y es que esa simpatía única que te caracteriza, esa carisma, ese amor que regalas a los demás, ese grandísimo corazón que solo tu tienes, te hace tan, tan especial...
Hasta ahora y por siempre te he querido como a nadie, y te querré como a nadie, quizá por ser tu, quizá porque eres tan especial, quizá por ya no sé ni qué, pero espero que siempre recuerdes lo especial que has sido, eres y serás para mi, porque eres de lo mejor de mi vida y porque eres como parte de mi familia, pero sobre todo, lo que realmente eres, es una gran parte de mi.
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